TMDC. Un templo para la fabricación

TMDC. Un templo para la fabricación

TMDC. Un templo para la fabricación

¿Es posible que un espacio de 5.000 metros cuadrados industriales sea capaz de dignificar a la figura del fabricante? Dar vida a un lugar de trabajo único, bello, donde las personas practican oficios minoritarios, vocacionales porque aman hacer con las manos. Algunos estudiaron en su día ingeniería, diseño o arquitectura y en TMDC han cumplido su sueño porque es un lugar de encuentro para amantes de lo tangible y de las herramientas. Un verdadero templo para quienes apuestan por la fabricación local y cercana de donde nadie quiere irse.

De taller soñado a taller real

TMDC<br />

Imagen: Roberto Feijoo

Para un carpintero, un herrero o un artesano, no hay nada mejor que trabajar en un taller y hacerlo con las manos, impregnándose de polvo y con el ruido de las herramientas y la maquinaria como sonido de fondo. Pero pensar en su espacio de trabajo casi siempre implicaba pensar en sitio pequeños, escondidos y un tanto lúgubres. Todo esto ha cambiado desde que TMDC (Taller para la Materialización y Desarrollo de Conceptos) nació hace siete años en Barcelona.

Un taller de generosas dimensiones, con una luz natural privilegiada que promueve trabajar de forma comunitaria, compartiendo problemas propios de los fabricantes y artesanos, accediendo a todo tipo de herramientas y maquinaria. Aunque lo más valioso de este proyecto ha sido imaginarse cómo debería ser el taller de sus sueños para cualquiera de estos profesionales y haberlo hecho realidad en un periodo de tiempo relativamente corto. Porque eso es justo lo que ha sucedido, cada vez se parece más a lo imaginado. TMDC es un templo donde trabajar con la madera, el plástico y el metal.

TMDC

Imagen: Roberto Feijoo

Desde sus inicios su objetivo ha sido ayudar a los que empiezan en el universo de la fabricación a pequeña escala, defendiendo a capa y espada el kilómetro cero, y también a los que poseen su propio taller-negocio y sin embargo necesitan una maquinaria disponible en sus naves. O bien precisan en un momento dado de unas instalaciones más grandes para proyectos puntuales de mayor envergadura. Las puertas de TMDC están abiertas a un ecosistema de personas y profesionales de lo más plural.

Un lugar para fabricar sin límites

El despliegue y formato de trabajo que un fabricante o un diseñador descubre al acudir a TMDC no deja nada al azar. Por un lado comprende una zona de montaje, equipada con bancos de trabajo de uso flexible, herramientas de mano y maquinara eletroportátil (la mayoría del fabricante alemán Festool). Junto a ella dispone de un área de mecanizado; es donde se encuentra la carpintería industrial, una zona CNC con fresado, láser, plasma, impresión 3D de gran formato y repujados. Además de una cabina de pintura.

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Imagen: Roberto Feijoo

Para los profesionales que ya poseen una pequeña producción TMDC ha concebido una zona de espacios fijos. Y por último, la zona de proyectos; una nave pensada para los que necesitan un espacio muy concreto puntualmente, por lo general para llevar a cabo trabajos más grandes de los que realizan normalmente.

En solo siete años ha vivido un crecimiento espectacular gracias a su traslado a la zona industrial de la Verneda desde hace cinco. Pero al principio su novedosa idea de coworking aplicada a un taller de fabricación solo contaba con unos 60 metros cuadrados y apenas unas cuantas herramientas de carpintería de calidad (cepillos de carpintero, gubias, etc.) Los artífices del proyecto se encargaron de todo; desde diseñar los interiores y el mobiliario de oficina, a concebir un innovador concepto de taller abierto y compartido.

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Imagen: Roberto Feijoo

Las ideas del proyecto estaban claras desde el principio y no han variado lo más mínimo; facilitar el trabajo de una forma flexible en un taller dotado del equipamiento necesario para fabricar con una infraestructura precisa y accesible. Si de algo eran conscientes sus co-fundadores es de que no siempre es posible invertir en la la máquina precisa, por mucho que marque la diferencia entre obtener resultados de fabricación efectivos o no.

Para ellos era prioritario ofrecer a estos profesionales una maquinaria que por lo general solo se encuentra al alcance de las grandes empresas. Y de ese modo promover una fabricación descentralizada, local y, por supuesto, de calidad.

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Imagen: Roberto Feijoo

La experiencia en la Verneda

Con cinco años recién cumplidos en la Verneda, sus miles de metros cuadrados han permitido crecer, expandirse, alejarse de las zonas más cool de Barcelona y de la dichosa gentrificación. Este entorno, un enclave límite entre la urbe y las áreas industriales, era perfecto para que TMDC iniciara una nueva etapa. Justo en la que se encuentran ahora mismo, con cuatro nuevas naves en proceso de rehabilitación.

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Imagen: Roberto Feijoo

Lo primero que hicieron fue rehabilitar el espacio, unos almacenes propios del pasado industrial de la ciudad que llevaban años cerrados. Pero se hizo mediante una intervención mínima y reutilizando los materiales constructivos. Así no ha perdido identidad, su huella industrial sigue ahí. Si hay que describirlo brevemente, toca decir que sus instalaciones rebosan luz natural, son amplias, están bien estructuradas, disponen de la maquinaria que siempre quisieron tener… Y además emite una energía alucinante que sus miembros destacan.

En TMDC el sentido de comunidad llama la atención, está en el ambiente de este pequeño universo, isla, pueblo… Así lo definen sus integrantes, encantados con el concepto de autosuficiencia que se ha generado en este sitio; prácticamente todo lo que hay se ha hecho entre sus muros. Desde la cocina a la terraza, el patio, la cantina que están construyendo… Por cierto, los jueves hay barbacoa y pizzas sagradas.

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Imagen: Roberto Feijoo

Es difícil reunir a gente con perfiles profesionales y orígenes socioeconómicos tan dispares como los que se ven aquí. Quizá si no compartieran su amor por hacer con las manos nunca se hubieran conocido. La transversalidad va de un extremo a otro, ha unido edades muy distintas y en definitiva a una diversidad de personas que fomentan la ayuda y el apoyo constante.

Los miembros y sus trabajos; una aventura enriquecedora

El balance en la Verneda de estos cincos años no puede ser más positivo y enriquecedor. Sobre todo desde el lado humano porque la gente que apuesta por TMDC es de lo más inspiradora. Como dice Pedro, uno de los co-fundadores, las personas que acuden aquí aportan, todo lo generado es bastante extraordinario. La magia surgida seguro que tiene que ver con la variedad de sus miembros y la comunidad tan singular que conforman.

Xavi (@delmon_bcn) se ha creado un entrepiso cien por cien reciclado, sin comprar madera, todos los materiales son recuperados.

Xavi (@delmon_bcn) se ha creado un entrepiso cien por cien reciclado, sin comprar madera, todos los materiales son recuperados.

Amantes de los oficios de siempre y sus vocaciones, artistas experimentando con materiales, profesionales de otros campos y aficionados con hobbys manuales. Un día cualquiera en este templo industrial ves carpinteros, pintoras, herreros… Junto a diseñadores y estudiantes en pleno proceso creativo o fabricantes llevando a cabo procesos estructurados. Sin olvidarnos del vecino que acude porque necesita arreglar un objeto o hacer algo, ni del ejecutivo que concibe pasar por aquí como una terapia de la más eficaz para combatir el estrés.

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Julian Manzelli @chu_doma es un artista visual que explora las fuerzas orgánicas en sus trabajos. Desde que utiliza el torno de madera ha logrado experimentar diferentes mecanizados dando vida a piezas que adquieren forma de torres y dispositivos.

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WikiHousing (@wikihousing) es un proyecto emocionante en el que se han implicado más de 90 personas. Un prototipo de 50 m2 a escala 1.1 de una vivienda real construido con paneles totalmente desmontables y reutilizables para la construcción de wikiviviendas, dirigido a personas de entre 18 y 30 años residentes en Barcelona y sensibilizados con el derecho a la emancipación.

Para cualquiera de ellos, formar parte de TMDC y trabajar en un co-taller como él ha supuesto un antes y un después en su forma de entender y aventurarse en el mundo de la fabricación. O no, porque su meta solo sea encontrar en este lugar a profesionales que le fabriquen, tal vez un mueble para casa. Algunos señalan que es un punto de encuentro donde poner en común problemas afines, hablar el mismo idioma. Otros destacan su capacidad para convertirse en un entorno de emprendimiento y experimentación, apoyando y dando consejo si lo pides.

Y para muchos es, ante todo, ese lugar de oportunidades donde  todos queremos estar para aprender mucho de las personas y a la vez aportando. Pero desde luego, si hay algo que las une y las identifica es su amor por realizar con las manos y disfrutar del proceso.

Guillermo Rodríguez, una historia de seducción con la madera

Guillermo Rodríguez, una historia de seducción con la madera

Imagen: Guillermo Rodríguez

Este artesano de la ebanistería se considera un novel en su oficio porque como se suele decir, acaba de llegar a él a pesar de su trayectoria meteórica con su proyecto Taller Belluga. Su amor por este material le viene de niño, aunque no haya carpinteros en su familia y hasta hace nada su profesión fuera la fotografía. Pero en plena pandemia se reencontró con la madera cambiándole la vida y despertando en él una pasión sin límites. Sus muebles y objetos de autor sorprenden por su belleza y llamativa rigurosidad y aspiran a perdurar en el tiempo.

Finca Belluga: el lugar donde empezó todo

muebles artesanales

Imagen: Guillermo Rodríguez

La historia de Guillermo Rodríguez y su pequeño taller de carpintería es una historia cargada de emotividad y bellos recuerdos porque está situado en un lugar muy especial para él; una finca familiar en medio del campo llamada Belluga donde ha sido muy feliz con los suyos. Qué mejor manera de iniciarse en este oficio, rodeado de valiosos recuerdos que de alguna manera han dado sentido a su nuevo rumbo vital y profesional como ebanista artesano.

Gracias a su padre, artista escultor, descubrió la madera cuando era un niño y quizá sin saberlo se enamoró de ella para siempre. “Me fascinaba su taller, tengo el recuerdo de tocar sus herramientas cuando él descubrió la madera y dejó la piedra porque se enamoró de ella. Incluso construyó un violín para mi hermana porque en casa tocábamos instrumentos de cuerda”, comenta.

muebles artesanales

Imagen: Guillermo Rodríguez

Después de un largo paréntesis en los que la vida le llevó por otros derroteros profesionales ejerciendo la fotografía en Madrid y otras ciudades, Guillermo se reencontró con este lugar tan cargado de simbolismos. En él decidió instalarse, montar su taller para recuperar su relación con la madera y experimentar la satisfacción de crear algo con las manos. “Empecé a realizar cucharas de madera” confiesa.

Desde ese momento para él ha sido vital formarse con profesores como Sebastián Mateu y Germán Peraire, así como no dejar de estudiar a los mejores y ver tutoriales de grandes maestros ebanistas de la talla de Hernán Costa y sus explicaciones magistrales sobre cómo debe realizarse una cola de milano. Guillermo es un autodidacta en constante aprendizaje y siente un gran respeto por lo que conlleva ser ebanista. Le cuesta pensar que lo es porque a nivel formativo se considera casi un iniciado. “La ebanistería se estudia siempre, la puedes complicar todo lo que quieras”, concluye.

Un ritmo de trabajo pausado y minucioso

muebles artesanales

Imagen: Guillermo Rodríguez

Cuando Guillermo afronta crear una pieza de madera maciza, siempre la concibe como una obra singular con un diseño propio de autor donde hay mucho de él. Y el tiempo invertido en este proceso creativo no cuenta porque se siente cómodo con una línea de trabajo pausada, que le permite recrearse en cada detalle, utilizar ensambles y uniones hechos mediante técnicas de siempre o contemporáneas.

Además, es su manera personal de devolver la deuda que, a su juicio, un oficio como este tiene con la naturaleza, con el árbol. “Algo que ha tardado tanto en crecer, poder dedicarle todo el tiempo necesario para construir un mueble o un objeto… es lo justo”, argumenta. Por eso hacer un gabinete con cajones le supone tres meses de trabajo con fines de semana incluidos. Para este carpintero novel cada mueble es una aventura que no sabes cuando finaliza.

Otro de los atractivos que encuentra trabajando con una materia prima así es que sea un material tan cambiante y vivo. Le obliga a tener que amoldarse a ella, valorar cómo se va a mover, tener en cuenta lo mucho que le afecta la humedad, e incluso cómo ha sido cortada es determinante.

Como todo ebanista, también posee un listado de maderas favoritas. Confiesa sentir debilidad por el cerezo, el roble, el arce y, por supuesto, el nogal: “es impresionante trabajar con él y tampoco he podido resistir usar ébano”, afirma. En general le gustan mucho las variedades europeas y americanas y en cambio le cuesta trabajar con las tropicales.

Si hay algo que le resulta muy motivador es ver cómo actúa la luz natural sobre ellas al manipularlas en el taller. Por ejemplo, nos cuenta que una superficie de arce rizado es fascinante según cómo sea iluminada por la luz, la pieza se vuelve tridimensional. Para alguien tan visual como él contemplar momentos así es un verdadero privilegio.

ebanisteria

Imagen: Guillermo Rodríguez

Muebles que pasan de generación a generación

Aparadores, mesas, cajoneras, armarios de pared, joyeros o cajas. Las creaciones en madera maciza de Guillermo conforman una amplia familia de creaciones que rozan la perfección. Son diseños únicos, equilibrados al máximo y cada uno de sus detalles suman belleza e identidad. Estéticamente hay algo de líneas nórdicas y japonesas en ellos aunque sus formas terminan siendo más clásicas.
muebles artesanales

Imagen: Guillermo Rodríguez

Le inspiran muchísimo y sigue de cerca el trabajo de maestros carpinteros como Kenji Suda, G. Nakashima, Kristian Frandsen o Beatriz Zuazo e Israel Martín en España. También confiesa tener debilidad por el mid-century en general. Aún son muchos los retos nuevos que le quedan por afrontar, siempre afianzando lo conocido, y avanzar en ciertos campos de la ebanistería le permitirá cumplir algún que otro sueño, como construir una silla. “Tengo muchísimas ganas, me gustaría que fuera sutil en las líneas y con el punto justo de robustez”, detalla.

muebles artesanales

Imagen: Guillermo Rodríguez

Los muebles de madera maciza que Guillermo idea, diseña y hace como el artesano que es, son el resultado de un trabajo largo en el tiempo y meticuloso. Pasa muchas horas con estas piezas, establece un vínculo con ellas y están concebidas para perdurar. Su objetivo es ofrecer al cliente algo especial, un mueble hecho para que ocupe un lugar importante en sus vidas.

“Es muy bonito que los muebles tengan una historia detrás, que puedan pasar de una generación a otra” comenta. Pero su venta no siempre es fácil porque obliga a tener claro que es importante apostar por menos y mejor en la equipación de los hogares. Un reto que implica reeducar y concienciar a las personas. Esa es su visión porque, como él dice, no se ve trabajando en una gran cadena.

Herramientas manuales, pasión incondicional

En el taller de Guillermo Rodríguez las herramientas manuales son las protagonistas y reconoce sentirse especialmente bien en contacto con ellas. Aunque no le da la espalda a la tecnología y a la maquinaria, siempre que la puede evitar la evita, sin importar que eso suponga invertir mayor dedicación. Para él lo ideal es encontrar el equilibrio entre ambas, pero un equilibrio singular donde el 60 por ciento del trabajo es manual y el 30 por ciento con maquinaria.

Cree que un proyecto de ebanistería íntegramente a mano exige una destreza y rapidez solo al alcance de algunos maestros que para él son verdaderos referentes, como Israel Martín. Y a nivel sensorial, está convencido que las herramientas manuales aportan mucho más. “El contacto que experimentas cuando trabajas con ellas no te lo da una máquina y además ésta precisa un mantenimiento más complejo”, asegura.

ebanisteria

Imagen: Guillermo Rodríguez

Pero también es consciente de que seguir avanzando implica familiarizarse con nuevas herramientas, como por ejemplo la fresadora. Dentro de su propia evolución y continuo aprendizaje llegará su momento con ella y el nuevo reto superado le permitirá afrontar diseños más curvos o redondeados.

Puestos a elegir de todos estos utensilios los cepillos manuales de carpintero le hacen especialmente feliz, casi como un niño cuando se adentra en una juguetería. Y siempre que viene a Madrid, procura escaparse por Comercial Pazos para ponerse al día en herramientas manuales de carpintería, descubrir los últimos modelos y hacer alguna que otra nueva adquisición. En este negocio experto puede encontrar una amplia oferta con marcas líderes naciones e internacionales:

Herramientas manuales para carpintería: desde formones occidentales y japoneses, a martillos, cajas de ingletear, sierras y serruchos occidentales y japoneses, etc.

Cepillos manuales de carpintero: incluye cepillos de ebanista, metálicos, de madera, etc.

Maderas cortadas: desde maderas cortadas y listas para ser usadas, a filetes de madera, grecas y motivos de marquetería.

Un mundo a favor de la madera

Guillermo no concibe su proyecto de vida y este oficio que tanto le da sin un uso responsable de la madera. La selección de variedades que utiliza tienen certificado de origen gestionado responsablemente porque está concienciado de lo importante que es trabajar con maderas certificadas para salvaguardar el planeta. Y en esa misma dirección, de la necesidad de reutilizar y aprovechar los residuos generados en talleres de carpintería como el suyo.

Es optimista acerca del futuro de la ebanistería: “Aunque el consumo está muy integrado, las  personas cada vez tienen más ganas de estar rodeadas de madera, de que las cosas perduren y de conocer a los artesanos que las han hecho. Incluso tomarse un café con ellos”, concluye.

muebles artesanales

Imagen: Guillermo Rodríguez

Siempre aprendiendo, absorbiendo conocimientos de los que manejan con maestría este oficio y sabiendo que la práctica del día a día también es aprendizaje. Así se ve este hombre tranquilo y alejado de la palabra los próximos años, ilusionado con la idea de que esta etapa tan bonita como ebanista que está viviendo dure mucho más.

www.guillermorodriguez.com

Isabel Obreo y su proyecto de vida: una artesana de la ebanistería

Isabel Obreo y su proyecto de vida: una artesana de la ebanistería

Estaba destinada a trabajar con las manos y en contacto directo con la madera. Desde pequeña hacía muebles de cartón y sus estudios de ingeniería en diseño industrial fueron el caldo de cultivo perfecto para que aflorara en ella su verdadera pasión. Ser una artesana de la ebanistería que se atreve con todo tipo de mobiliario imaginado. Diseños de esmerada calidad concebidos para durar toda la vida y ser reciclables. Esta joven ya ha roto barreras en este oficio tradicional.

Seducida por el mundo de la ebanistería

En la vida las cosas pasan por algo y son una lección de aprendizaje constante. A Isabel Obreo, ser Ingeniera en Diseño Industrial y haber ejercido esta profesión diseñando proyectos durante ocho años le dieron un bagaje increíble y quizá fueron el detonante de su historia de amor con la ebanistería. Fue una etapa de su vida enriquecedora, repleta de retos que superar pero en la que echaba en falta un lado creativo y emocional.

Hacer realidad esos sueños de niña de diseñar muebles, previamente imaginados. Ensuciarse las manos con materiales como la madera, lanzarse a crear sillas y mesas como los que hacía de cartón para sus hermanas con ese talante impulsivo que define su personalidad. “De pequeña yo no veía la tele, pedía dinero a mis padres para comprar cola”, confiesa.

Pata de mesa Isabel Obreo
Taller Isabel Obreo

Apenas han pasado dos años y medio desde que inició su negocio, Laal (laal.es) y sin embargo no recuerda cómo era su vida anterior. Primero lo compaginó con su trabajo de ingeniera industrial hasta que decidió volcarse en él solicitando la baja voluntaria en su empresa, aunque implicara renunciar a ochos años de antigüedad. Todo para dar ese giro de ciento ochenta grados a su vida.

El taller: su fábrica de la creatividad

Para Isabel este espacio es el motor donde da rienda suelta a su talento y a su expresividad con un trabajo minucioso y todoterreno. Algo así como su templo particular donde reina el desorden y apenas hay sitio para ella, sus herramientas, las maderas favoritas que compra en aserraderos (todas PEFC y de explotaciones respetuosas). Un lugar que es capaz de sorprender, lleno de vida e inquietudes formativas como lo demuestra su programa de cursos.

En él ha logrado cumplir su sueño, diseñar y crear sus propios muebles hechos a mano para una cartera de clientes cada vez más amplia y sensibilizada con la importancia de apostar por lo perdurable. Definirse como carpintera le produce un gran respeto, ella acaba de llegar a este mundo y entiende su trabajo más como una forma de vida en la que ha descubierto la madera, gracias a ella se ha podido integrar en el universo de la artesanía.

En su pasado profesional fabricaba en serie y ahora es capaz de transformar planos y diseños en 3D en realidad, como si hubiera nacido para ello con un talento innato aunque no haya ni un solo carpintero o ebanista en la familia. De su taller de artesanía creativa en plena Extremadura, concretamente en Badajoz, salen todo tipo de muebles y accesorios para el hogar que sin duda traspasan su utilidad.

Han sido concebidos con gran amor y mucho sacrificio detrás personal, familiar, etc. “Animo a la gente a que sea valiente para poder vivir de su hobby, sobre todo a las mujeres que quieren iniciarse en ser carpinteras y ebanistas”, afirma entusiasmada.

Esta joven artesana se atreve con cualquier pieza, no le asusta ni el tamaño ni la dificultad que pueda entrañar. Cabeceros, mesitas, estanterías, escritorios, muebles auxiliares… No se echa atrás con ningún encargo, por singular que sea, y cuando surgen barreras físicas, tira de ingenio. Una prueba de ello es el botiquín de madera que realizó por encargo para un médico.

Piezas de madera Isabel Obreo

Una historia de amor con la madera

Dentro de este proyecto de vida tan sentimental la madera es la protagonista, esa materia prima que da sentido a todo lo que sale de sus manos. De la misma manera que la naturaleza es una fuente de inspiración constante los 365 días del año. A Isabel le gusta pensar que la madera es una idea genial nacida de la tierra y cada una de sus creaciones están en plena conexión con ella.
Confiesa tener muchas maderas favoritas y sentirse identificada con algunas. “El cerezo se parece mucho a mí, es muy nervioso”, afirma. En sus encargos trabaja bastante el pino (es el más económico, blando a la hora de manipular y de crecimiento rápido) y también el castaño local le parece maravilloso.

A nivel estético, reconoce que el nogal europeo y el cerezo son brutales. Son especies que regalan tonalidades y vetas sorprendentes y cuando son cepilladas continúan ofreciendo detalles preciosos. Al margen de la madera elegida por el cliente, Isabel disfruta de este oficio y de todo lo que tiene de manual sin renunciar a la maquinaria de calidad.

En su opinión lo artesano no está reñido con la tecnología; al contrario, mejora la calidad de los acabados, reduce los tiempos de trabajo… Ella emplea las gubias a diario y confiesa tener antojo de adquirir un torno en un futuro. Muchas de los utensilios que emplea para cada tarea de ebanistería es posible encontrarlos en Comercial Pazos, líder en herramientas para la madera y maquinaria específica con una extensa oferta diversificada por funciones:

Diseños duraderos para clientes concienciados

Los trabajos de esta joven ebanista están hechos con una calidad llamativa y sus clientes lo saben porque confían en ella. Son muebles y objetos pensados para perdurar en el tiempo, sentirlos y disfrutar de su belleza y calidez. Isabel considera necesario apostar por menos y mejor. Un reto que supone educar y concienciar a las personas sobre cómo plantear la decoración de los hogares, huyendo de la inmediatez.

Muchos de sus clientes tienen las prioridades bastante claras cuando le hacen un encargo, que lo barato sale caro. Otros, en cambio, sencillamente son amantes de la madera y no faltan los que dan vía libre a su creatividad. Con todos establece una estrecha complicidad desde el momento que se inicia el pedido, el proceso es muy cercano y empático y los tiempos de entrega de los muebles se han ido acortando.

Impulsiva, valiente y nada amiga de planificar, Isabel disfruta de este oficio y estilo de vida al máximo, es un ejemplo de dedicación y sabe muy bien hacia donde quiere dirigir su negocio en un futuro no muy lejano. A la vez considera que la mirada de mujeres como ella en estos oficios tan masculinos son importantes para descubrir nuevos puntos de vista, otras formas de observar, de inspirar… Aunque los ebanistas que más admira sean hombres, afirma rotundamente y sonriendo.
Isabel Obreo y su proyecto de vida: una artesana de la ebanistería - 09
Imágenes: Isabel Obreo