
Madera de deriva, un tesoro a conquistar
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Madera de deriva, un tesoro a conquistar
Mares, océanos y ríos de medio mundo arrastran cada año madera de deriva a sus orillas. El agua se ha encargado de transformarla, desgastarla y pulirla regalándonos ramas y troncos de una belleza estética innegable. Para muchos artesanos y amantes de este material son verdaderos tesoros con los que dar vida a objetos, muebles y esculturas únicos. Creaciones que ocupan su sitio en una decoración respetuosa con el planeta. Hoy conocemos la obra de algunos de estos artistas y descubrimos qué papel pueden cumplir en nuestros espacios domésticos cuando los vemos con esa misma mirada, mucho más que pequeños restos flotantes con un punto de nostalgia que enamora.
Madera de deriva, un viaje inspirador
Hay algo de romántico e inspirador en la madera flotante, en francés “bois flotté”, por el viaje recorrido, a veces a través de corrientes marinas de mares y océanos y otras mecida por caudales de ríos y arroyos. Sea como sea, al llegar a sus orillas ha experimentado una transformación espectacular, desgastada por la acción del agua, la arena y las rocas encontradas en ese viaje. Y la mayoría de las veces, también por la sal marina y el sol, luciendo una tonalidad grisácea inconfundible y bellísima.
Gracias al agua la madera de deriva es como es estéticamente, la desgasta y pule logrando que ramas y palos parezcan obras de arte esculpidas por la propia Naturaleza. El hecho de ser madera flotante significa que ha permanecido sobre agua salada durante años, meses o tan solo días. Una interacción de lo más transformadora, pues habrá conseguido lijar las superficies de estos elementos naturales, dejarlos apenas sin color y pigmentos. Después, el paso del tiempo hará el resto, desgastándolos hasta dejarlos lisos y redondeados.

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Para algunos artesanos estos maravillosos hallazgos llevan tiempo siendo un valioso material en creaciones muy especiales, sobre todo piezas decorativas y objetos abstractos o esculturas con un sello diferenciador. Y desde hace unos años estas maderas también han conquistado a muchos fans de los trabajos con la madera y el empleo de herramientas manuales de carpintería. En concreto, desde que la decoración natural y el gusto por los acabados auténticos y las formas orgánicas han irrumpido en el interiorismo con la intención de ser bastante más que una corriente efímera.
También restos de naufragios y tsunamis
La madera de deriva no siempre llega a estas orillas por el efecto de la Naturaleza, aunque sea lo más bucólico e inspirador al contemplarla y al pensar sobre su procedencia. Estas ramas, troncos de árboles y palos rotos no solo son el resultado de haber sido arrastrados por corrientes marinas o fluviales. Muchas veces sus orígenes se encuentran en barcos naufragados, o en su propias cargas o construcciones de almacenaje, sobre todo cuando se trata de palés de madera. E incluso surgen debido a catástrofes meteorológicas, como casas destruidas por la acción devastadora de tsunamis en algunas regiones de la Tierra.

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Algunas de las especies de madera más habituales que se encuentran al toparnos con estas maravillas de la Naturaleza en playas y ríos son el pino, el roble y el abeto. Su aspecto cromático no siempre es el mismo; el tono de esta madera a la deriva va desde un gris apagado delicado y luminoso, hasta un marrón oscuro muy característico. Siempre dependerá del tiempo transcurrido en contacto con el agua y de su nivel de exposición al sol.
También es bonito saber que estos fragmentos de madera tan bellos que ya parecen haber sido esculpidos por el hombre antes de llegar a las orillas de mares y océanos, en ocasiones son mucho más para ciertos amigos del reino animal. Pueden proporcionar alimento a especies acuáticas y a otros seres vivos, como crustáceos y moluscos, que a menudo los convierten en uno de sus principales nutrientes. Y cuando la acción del oleaje los saca a tierra, a veces se convierten en refugios para ciertas aves.
Bellezas naturales para un interiorismo respetuoso y creativo
La madera flotante o de deriva puede ser un desafío maravilloso para cualquier persona enamorada de trabajar con un material con tantas cualidades, encontrar estos tesoros y luego sentirlos bajo sus manos, tal vez para realizar pequeñas objetos tallados con herramientas manuales específicas de talla. O para tornear piezas delicadas con utensilios especiales para el torneado en madera.
Son muchas las posibilidades a la hora de crear con estos elementos de la Naturaleza, serán diseños bonitos y muy especiales sin necesidad de plantearse trabajos complicados. Su gran atractivo reside en su sencillez, cuanto más auténticos se lucen más valor cobran. Por eso muchas veces las propuestas que mejor funcionan en este tipo de interiorismos son aquellos que dejan la madera con su aspecto original, provocando un lenguaje estético único.

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Pero como la creatividad con límites no se entiende, esta madera también admite ser encerada para incrementar su tonalidad o pintada en una paleta cromática de lo más evocadora, capaz de hacernos pensar en la infinidad de azules espectaculares que tiñen mares y océanos. En las decoraciones de interiores con está filosofía la madera flotante puede ocupar un sitio preferente transformada en creaciones evocadoras y sensibles al reciclaje:
- Espejos informales. En forma de estrellas, corazones y soles, etc., quedan perfectos en rincones al aire libre, como terrazas o jardines.
- Taburetes con un guiño rústico. Los palos resistentes y de un tamaño considerable pueden ser la mejor materia prima para crear estos asientos.
- Pasamanos. Las ramas robustas, de longitud considerable y con pocas irregularidades se prestan a la construcción de accesorios muy funcionales que despliegan encanto.
- Colgadores multiusos. Cuando los fragmentos encontrados son pequeños e irregulares, ¿por qué no hacer divertidos colgadores?
El flechazo de Fina Álvarez
Enamorarse de la madera de deriva es fácil, pero dar el paso creativo cuando la tenemos entre nuestras manos conlleva inspiración y descubrir el talento artístico de quienes llevan años cautivados con ella suma. En concreto, conocer el trabajo de artistas que son maestros virtuosos en el arte de darla una segunda vida es un excelente comienzo. La historia de Fina Álvarez Pérez (@artefinialvarez) es justo así, lleva media vida recogiendo pequeños tesoros descubiertos en las playas de su tierra natal, San Juan de la Arena y Ribadesella (Asturias).

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Todo comenzó con la talla en madera, cuando decidió empezar a curvar los palos que el mar dejaba en las orillas de sus playas favoritas. Con ellos empezó a crear lámparas de diseño que fueran parte esencial de una muestra inolvidable en Mieres, Madera de Deriva. Luminarias que solo fueron el punto de partida de una fructífera relación con esta madera, con ella ha seguido construyendo una amplia colección de piezas decorativas y pequeñas obras de arte.
Desde entonces su proceso de trabajo apenas ha cambiado y las sensaciones son igual de gratificantes. Con un mimo infinito deja secar cada rama o trozo de tronco nuevos recogidos, después llega el momento de lijar las piezas, limpiarlas, aplicar ceras naturales, barnizarlas… Un proceso que ella considera imprescindible para preservarlas en buen estado y darlas esa segunda vida que tanto le apasiona.
Las desafiantes esculturas de Jeffro Uitto


Jeffro Uitto
La madera flotante rescatada de las desembocaduras de ríos y costas de Oregón y Washington es la materia prima que este joven artista estadounidense Jeffro Uitto emplea para esculpir sus impresionantes esculturas una vez seleccionada y curada. Piezas que recrean animales salvajes a gran escala con una fuerza expresiva impresionante, parecen haber estado ahí siempre, mostrando toda su energía y movimiento y con toda la belleza formal de su anatomía. Caballos, aves rapaces y otros objetos de arte figurativo que dan una segunda oportunidad a estas maderas explorando el mundo natural a través de un arte comprometido con la sensibilidad ambiental.